El más glorioso corte de mangas a la crítica literaria española de los últimos tiempos: Cercas & Vilas, premio Planeta

J. Cercas y M. Vilas. Foto: Alberto García.

Anoche, al leer la noticia y ver esta foto en el móvil me eché a reír a carcajadas como si me hubiesen contado un chiste graciosísimo… ¡porque es graciosísimo!

Ahí tenemos a los dos con la risa feliz en la cara de los que han escapado de una cárcel durísima, de los que han dado esquinazo a sus carceleros y guardas disfrazados de colegas… Adiós al mundo esnob de la literatura seria, de las frases y argumentos para la historia, adiós a la crítica literaria severa, esa que los pone a caldo por… –no, no os engañéis, la única y verdadera razón por la que cierta crítica los ha puesto a caldo es por su condición de clásicos ejemplares de la clase media más modesta, o de la clase trabajadora–.

Adiós al glamour de las editoriales cosmopolitas con sus puñaladas críticas por la espalda… y
hola al dinero gordo,
hola a la hipoteca cancelada de golpe y a la casita en la playa de un pueblo marinero cool,
hola al baño de masas y al taxista que conoce tu nombre,
hola a los sueños infantiles cumplidos del trofeo en las manos y los flashes de los fotógrafos cegándote mientras piensas en los colores de tu nueva libertad…

Sí, el dinero es hoy en España la llave de la libertad de los escritores maduros.

Y Quod Erat Demonstrandum con Vilas queda demostrado, por si hiciesen falta más pruebas de dónde está cada quisque, que la operación Nocilla no era más que el enésimo intento de un grupo de gente, hijos de la España desarrollista, de instalarse confortablemente al sol del capitalismo editorial.

¡Qué pena que los de Planeta no tentaran en su momento a quien yo me sé, porque seguramente me habrían evitado la ruina y tanta tanta tristeza!!

Bueno… siempre me queda Dylan.