Resistencia al confinamiento y a «la peste»

Preciosas memorias de Carlo Levi, confinado en un villorrio del sur italiano por actividades antifascistas en tiempos antediluvianos, digo mussolinianos. Ya lo anoté en otro momento, hay una excelente adaptación al cine obra de Francesco Rosi y el libro está traducido al español: Cristo se paró en Éboli.

Es también la historia de un médico que quiere dedicarse a la pintura, al que solicitan para que ponga su buen sentido a disposición de los enfermos y al que no dejan ejercer sino tras un sinfín de ardides; se gana el corazón de las gentes con su mezcla de inteligente bonhomía y profunda comprensión de la esencia del sur italiano. El capítulo final es toda una lección y ejemplo de la que era en tiempos casi remotos la función de un intelectual de izquierdas. Matera, localidad entonces sinónimo de miseria del mezzogiorno, es hoy destino de moda y enclave para rodar la última de James Bond.

El clásico de Sam Peckinpah, para exorcizar nuestras ganas de salir corriendo de casa, tomar la directa y no parar hasta encontrarnos en territorio seguro –sea lo que eso sea a día de hoy.

La Sevilla del Siglo de Oro diezmada por pestes y calamidades con perspectiva posmoderna, del puño y letra del peruano-sevillano Fernando Iwasaki. No os perdáis el apéndice bibliográfico. [Aquí quedáis debiéndome algo con esta invitación a la lectura.] Una impresión de lectura en este artículo. 

Si estás pensando que lo tuyo está fatal, aquí Guy Ritchite y su elenco te demuestran sin que te cueste la cara que todo puede ir siempre a peor y que no te puedes fiar de nadie, salvo que cuentes con un clan irlandés unido como un acordeón para defenderte a puño limpio, literalmente hablando. Si te compraste una cámara con zoom y por culpa del confinamiento no puedes usarla, intenta practicar con tus vecinos los trucos, audaces o torpes según se mire, que Ritchie nos regala en esta película. Tenías que haberla visto ayer, día de San Patricio, pero bueno. Demuestra que Brad Pitt merecía premios de interpretación mucho antes de cumplir los 50.

Así vamos a estar todos en quince días. Un clásico que vi por primera vez no hace mucho. El sueño del que está encerrado siempre será la evasión y aquí están todos por lo menos intentándolo. Me gustan esos actores de cine con una historia personal y curtidos con experiencias fuera de lo común.

¿Abdicación? Ser o tener, he ahí el dilema

Está previsto que las 21.00h el rey Felipe VI se dirija a la nación, es decir a esta colla de ácratas –hoy confinados por decreto para protegernos del Corona-Virus– que no nos molestamos en cortar cabezas à la Mariantoniette porque nuestros reyes se bastan y se sobran para desprestigiar e invalidar la secular, absurda y obsoleta institución.

Y no sabría decir por qué llevo el día fantaseando con que Felipe VI va a abdicar, no solo por aquello de que vamos de acontecimiento extraordinario en acontecimiento apabullante, donde ya lo que ayer era sorpresa y pasmo hoy deja de serlo y nos pilla hechos a lo que sea –menos a un Chernóbil real, gracias a Dios–, sino también porque es lo más cómodo, y es lo que haría cualquier españolito, lo que en realidad hacen casi siempre los españoles.

Es decir, si tú te encuentras con más de cien millones de dólares a tu nombre en una cuenta bancaria, que en principio no sabes cómo ha llegado ese fortunón –calderilla diaria para el que la ha depositado– y cuando te enteras del cómo y el por qué, y en lo  que ese dinero supone como punta del iceberg de la fortuna paterna, te pones a pensar no solo en las explicaciones que tendrías que dar, en las justificaciones por el antes y el después de tu implicación en esa forma de herencia en vida –algo tan habitual en España en familias acomodadas–, y te paras a pensar en tu salud, ya algo machacada pese a una fachada aún muy resultona, y en lo ingratos y respondones que son tus súbditos, y en que tus niñas y tu mujer tienen la cabeza tan bien amueblada que podrían defenderse perfectamente en situaciones menos aparatosas que las que exige el palacio y sus pompas, cuando sopesas la que está por caer sobre el país y los años de seria incertidumbre que se vislumbran…

y te fijas en lo de p*** m*** que viven los exmonarcas griegos en el exilio…

lo mismo te da por decir que has acertado a leer la voluntad del pueblo soberano y que, en coherencia, cedes esa soberanía heredada a quien le corresponde… el pueblo español, esa colla de ácratas malagradecidos, etc, etc.