El pan y la casa de los poetas

louise gluck

Retrato de poeta con badana

Mi firma figura en la lista de personas al pie de la carta abierta en protesta por la forma en que el agente literario Wylie retiraba a la editorial Pre-textos la opcion de continuar publicando a la poeta norteamericana Louise Glück tras la concesión del Nobel de Literatura.

Creo que conviene aclarar algunos detalles porque yo no he firmado a favor del privilegio de la ingenuidad ni tanto menos de que una poeta, desconocida para práctiamente todos nosotros, renuncie al beneficio que puede aportarle su inspiración y trabajo; con más motivo porque el Nobel es una lotería y le ha tocado con 77 años. Cuando recibí la convocatoria ya estaba enterada, por fuentes ajenas a los promotores de la carta abierta, de que la editorial valenciana estaba batallando por retener a la premiada, de la que ha publicado siete libros a lo largo de casi tres lustros, y «a pérdidas». Di por hecho que serían los dos grandes grupos editoriales los que estarían pujando, con adelantos muy golosos, por hacerse con la obra completa y no dejaba, ni dejo, de ver la repetida injusticia -de la que también se lamentó mucho en su momento Jorge Herralde, editor propietario de Anagrama hasta que la vendió al grupo Feltrinelli– de que una editorial pequeña descubra a un escritor, acierte a asociarle un perfil público atractivo para su lector hasta obtener cierta rentabilidad, y una vez maduro el terreno un grupo grande con una capacidad de distribución apabullante saque la chequera, ofrezca una cifra irresistible y el pequeño tenga que retirarse sin poder obtener beneficios que le permitan apostar por más promesas.

gluck poems portada

Portada en inglés para no ofender a nadie

Como le ocurriría a cualquier escritora que pasa penurias, me pareció fácil y grotesco exigir pureza con el dinero ajeno, así que esto es lo que respondí a la carta:

«Si estuvieses en su lugar, ¿no preferirías ganar todo el dinero posible para dejar bien acomodada a tu familia? ¿No debería existir un término medio en el acuerdo, es decir permitir que renueve por lo ya traducido, de modo que gane dinero por la valentía que tuvo al apostar cuando no se la conocía, y encarar nuevas colecciones -obra completa?– a partir del Nobel?».

Se me respondió que Wylie exigía eliminar el remanente de libros ya publicados y que parecía que Malpaso iba a comprarla. Que un grupo famoso en España por no pagar a sus colaboradores y por insultar a los que tienen el coraje de reclamar públicamente su deuda se llevase a la nueva estrella editorial, más el reclamo de eliminar libros bien editados, me decidieron a firmar.

Hasta ahí mi apoyo. No suscribo la campaña de denigración de Wylie, tanto menos considerando qué obra gestiona ni cuántos escritores darían más que un dedo de una mano (y sobre todo los dedos de los colegas) por contarse entre sus representados; también estoy de acuerdo con algunas manifestaciones que ha hecho el agente: si una editorial (sin ceñirnos ahora a Pre-Textos) que reclama exclusivas del área hispanohablante luego no hace publicidad ni vende más de 200 ejemplares de sus títulos y si además no paga adelantos en tiempo razonable ni liquida royalties al autor o a sus agentes, está trabajando mal. No puede extrañar que tan pronto se encuentre con una mínima capacidad de maniobra, el escritor o su agente se deshagan de un acuerdo que lo mantiene en vía muerta.

Al mismo tiempo, no deja de sorprender, por lo inusual, que los periodistas de cultura españoles hayan ido a recabar la información a la otra parte cuando lo habitual es que se erijan en portavoces de la editorial, del grupo económico más fuerte o del nombre más famoso y entierren todo tema controvertido de manera que se diría que en el mundo literario español solo hay conflictos económicos.

En ausencia de la información completa, o de lo que las dos partes tienen a bien publicar, quizá pueda afirmarse que los firmantes de la carta han/hemos actuado de buena fe pero con ingenuidad al desconocer los pormenores de unas transacciones económicas ya de seis cifras, en términos globales.
Pero ¿es de verdad así? El eco de la protesta en el área latinoamericana desde luego se explica porque la iniciativa parte de allí y la cadena de editoriales independientes está bien conectada, entre ellas y con el administrador del blog de donde surge la iniciativa. Considerando el voluntarismo con que tienen que actuar las independientes, y sus escasas opciones de obtener apoyo económico de entidades públicas, junto con la competencia desigual que se les impone desde España, se explica que se hayan visto reflejadas en la peripecia de Pre-textos. Probablemente, muchas tampoco pagan adelantos ni darán cuenta de las ventas, por lo que el valor simbólico de la operación editorial continúa prevaleciendo sobre asuntos como la rentabilidad, la distribución, la repercusión o el  control de la propia obra.

Otro detalle: aunque en Francia no estaba publicada, la concesión del Nobel coincidió con la recopilación que había terminado un traductor, Romain Benini, quien hacía una semblanza de su obra para Le Nouvel Observateur: en Francia, al contrario que aquí, es muy habitual que el traductor proponga autores o títulos interesantes con muestras de traducción o el libro traducido (a sabiendas del autor casi siempre). Parece lógico que siendo los traductores literarios personas cultas, sean (seamos) quienes tengan las antenas bien orientadas, por lo que Benini se alegraba de que el premio aumente el abanico  de editores interesados en una autora hasta ahora casi confidencial. Por cierto, ¿qué dicen los traductores al español de la autora? 

Transcurridas unas pocas semanas, y cuando se anuncia que no Malpaso -¡albricias!– sino Visor publicará de ahora en adelante a la nobel, me identifico con la opinión que sobre este asunto expresó hace cuatro días la revista digital Archyde: The traitor is always the poet. [El traidor es siempre el poeta].

Y muy conforme con sus palabras acerca de la crueldad con que los editores llevan años castigando a los escritores no sólo por motivos económicos:

Why do we now show so much solidarity with a publisher when we have never done it with writers? Yes, we have to be united through thick and thin. Why has no one addressed these words to the many publishers who expel so many authors from their publishers? With cold commercial reasons they are fired, discontinued, their books destroyed; and the expelled writer seems to be without looking for media compassion.

No entiendo por qué se insulta a Glück por haber dicho que lo primero que pensó cuando se le comunicó la noticia fue que gracias a esa solvencia caída de Suecia podría comprarse una casa. ¿Qué se espera de una mujer de 77 años? ¿que diga que le apetece irse de excursión y recorrer el mundo haciendo dedo? ¿que Studio 54 es el lugar ideal para celebrar el premio? ¿en plena pandemia y en un país como Estados Unidos, donde la mayoría ha decidido que, como la constitución ampara su sacrosanta libertad, ésta se expresa plenamente limpiándose el culo con las mascarillas?

Gracias a todos por el culebrón, tan útil para oscurecer problemas más serios como los plagios impunes, los insultos a granel, la inanidad de las asociaciones profesionales y otras crisis.

Pero ¿quién es Louise Glück? Eso es lo importante. A ver si lo descubrimos.

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