Almudena Grandes

Una pena que no haya superado el cáncer, Almudena Grandes es la persona que una asocia a la vitalidad. Era como Balzac y de Balzac no nos importan las metáforas o la falta de ellas sino la arrolladora vitalidad que es capaz de trasladar a sus ficciones y cómo reflejan momentos clave de la historia. Se puede decir: no es escritor o escritora para mí, prefiero otros géneros, otros estilos, pero no tiene sentido denostarla como si ella hubiese intentado alguna vez el cambalache de creerse, qué sé yo, ¿Coetzee? ¿Dante? Forma parte del tipo de escritores que tienden puentes entre la literatura comercial y la gran literatura y que llevan a escritores, y a los lectores, hacia la literatura más compleja a fuerza de hacerles perder el miedo a la complejidad de la construcción literaria.
En la charla de presentación de su novela, La madre de Frankenstein –o cualquier otra–, es imposible no quedar prendados de su simpatía y de su apasionamiento por lo que cuenta. Al hablar de la locura en la España franquista, no puede obviarse a Carlos Castilla del Pino y sus interesantísimas memorias, Pretérito imperfecto, al que Almudena Grandes homenajea con su característica elocuencia.

 

 

Esteve Lucerón – La Perona – UPIFC

Hoy estreno exposición en ARCHIVO FOTOGRÁFICO DE BCN

ABOUT PASSION -- De fotografía y otros entusiasmos

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Copyright de todas las imágenes: Esteve Lucerón.

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Copias para exposición  realizadas en papel baritado por Jordi Gratacós (UPIFC)

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Esteve Lucerón (Pobla de Segur, 1950) realizó desde 1980 un trabajo de documentación fotográfica del poblado barraquista de La Perona, que se prolongó durante unos diez años y terminó coincidiendo con la erradicación del barrio.
La UPIFC –el sindicato de fotoperiodistas de Cataluña, del que soy socia por aquello de las afinidades electivas– acaba de publicar un número de su AGENDA sobre  este trabajo, acompañado de un interesante y prolijo estudio –en catalán–, sobre el barraquismo como fenómeno social en la Barcelona del siglo XX.

Hay un contraste evidente entre el estilo del estudio, firmado por Xavi Camino Vallhonrat y Pili Díaz Giner, de tono universitario y cargado de los eufemismos establecidos –«colectivo gitano»– con críticas muy suavizadas a las instituciones políticas, con las imágenes, muy directas, con personas mirando a cámara, desafiantes, cómplices histriónicas o…

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Eméticos Chirbes y Padura

A pesar de las risas sarcásticas que me provocó el escándalo del contenido plagado de insultos a la pléyade de sus rivales-defensores y enemigos varios, pocos días después del lanzamiento de los diarios de Plagiario 1 pasé la noche vomitando. La pesadilla se repitió una semana después, tras descubrir en la relectura de su bodrio, que Plagiario2 había incluido más escenas, situaciones y frases de mi malhadada novela. El médico diagnosticó una evidente depresión y me dio una baja testimonial, ya que ni se cura con fármacos ni puedo pagarme un descanso.

El libro de Chirbes ha caído en medio de la escena literaria igual que una rata muerta, tan podrida por dentro que allá donde alguien pinche escupe su putridez. Lo grotesco, y hasta divertido si no significara lo que realmente significa, es cómo figurones como Ródenas incurren desde La Vanguardia en la contradicción de desacreditar a la Sanz por el prólogo, que todos consideran «represalia» por lo que el valenciano larga contra su estilo, de un libro que va lleno de represalias. A Marta Sanz le ha importado, como al 99% de los enterados de esta historia, una sagrada mierda el daño que me han hecho desde cualquier punto de vista pero lleva ya un artículo y un prólogo para desquitarse de la crítica que el Gran Santón, ungido por ella más que por la mayoría, ha dejado en testamento.
Como si no fuese todo bastante grotesco, este y aquel critican el enfoque del prólogo que tachan de «psiquiatrización» confundiendo psiquiatría con psicoanálisis –¡qué nivel!–, porque no son capaces siquiera de objetar cabalmente –lo único cabal de todo este disparate, que si no estuviera Anagrama detrás no habría agitado ni una mota de polvo– que un enfoque psicoanalítico, así fuera de la pluma de Marta Sanz o de Valls, si no se acompaña de las cita de auténticos y reconocidos expertos, sería puro análisis silvestre, es decir palabrería de mero diletante, un guiso de fórmulas de aficionados para decir, aprovechándose de la autoridad que tiene esta disciplina como forma de análisis del lenguaje, lo que a uno le pica.
Padura, por su parte, odiadísimo por la gran mayoría de escritores e intelectuales cubanos disidentes, continúa, gracias al apoyo del grupo planeta, que no es apoyo baladí, en su ascendente carrera a encarnar la figura de Gran Escritor Cubano –incapaz de escribir «castrismo» ni una sola vez en ese engendro que puede acabar incluso premiado en Francia (qué decadencia), toma y retoma de Reynaldo Arenas, polvo rabioso en su tumba de saberlo.

Como antidepresivo, una dosis doble de talento: el fotógrafo Erwin Olaf con sus puestas en escena de inspiración pictórica en el video, y arriba con su compatriota la diseñadora de moda Iris Harpen (Felipe II, Vanity Fair ).

«Pillando olas» en Jot Down

surf - barbarian days William Finnegan

En «Pillando olas», que ya podéis leer en JotDown, hablo de dos memorias muy especiales, de dos personajes que me resultan muy atractivos y que no me canso de recomendar: Años salvajes, del periodista y surfer William Finnegan, que obtuvo el Pulitzer de biografías de 2016, y ¡Grabando!, del ingeniero de sonido y productor de grandes estrellas de la música Mark Howard –que contó con la colaboración de su hermano Chris. En español, publicadas por Libros del Asteroide y Ediciones Cúpula, respectivamente. Pero, bien se ve, me encanta la fotografía de la versión original. Esta última se publicó en verano. No hay que obviar la dificultad de traducir este tipo de libros con una jerga especializada que constituye parte del placer de la lectura: Eduardo Jordá y Pilar Recuero las firman.
Si buscáis lecturas que levanten el ánimo, las dos me parecen infalibles.

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Barcelona, estilos de arquitectura

Desde la terraza de casa, llega el otoño. Barrio aburguesado de arquitectura convencional siglo XX

Park Hotel Boutique, de los años 50, en Av. Marqués de la Argentera, enfrente de la estación de Francia

Arquitecto Fontserè. Barrio de la Ribera, enfrente del Centro cultural El Born, Memoria histórica

Foto 1 y 2. Macba, de Richard Meier.
Foto 3. Via Laietana. Arquitectura inspirada en el Chicago de los años 20 del siglo pasado.
Última foto. Avda. Plaza San Jaime. Banderas independentistas en la plaza de todas las protestas nacionalistasy una terraza para disfrutar del confinamiento o alquilar en temporada

¿Va a escribir sobre el chip de silicio? – No creo.

Paris Review II -1984-2012

Muchas lecturas en los últimos meses de las que iré hablando a la que pueda. Disfruto del segundo volumen de la recopilación de entrevistas de la Paris Review, el bloque que va de 1984 a 2021, publicado por Acantilado y con un plantel de buenos traductores. En la entrevista a Arthur Koestler, de 1984, el entrevistador, Duncan Fallowell, parece someterlo a un interrogatorio al que el autor de El cero y el infinito responde sin demasiado interés ni extensión, con la paciencia del que hace oposiciones a santo. Esta pregunta me pareció divertida: «¿Va a escribir sobre el chip de silicio?», a lo que le responde lacónicamente: «No creo». Claro que era el momento en que los ordenadores y la industria electrónica estaban despegando y parecía lógico esperar que el sabio se pronunciara y sentenciara. Si todas las entrevistas fuesen como ésta, la Paris Review habría cerrado hace muuuchos años, con preguntas como: «¿Ve la televisión? ¿Va al cine? ¿Padece insomnio? ¿Cuáles son sus vicios? ¿Se toma vacaciones?» !!!!!!!!!! 
Una de las respuestas de Koestler vale por el cuestionario entero que le inflige Fallowell :

–Primero se opuso al fascismo y luego rechazó el comunismo.

–No, el comunismo me rechazó a mí transformándose en estalinismo.

No es cuestión de leer por orden sino por apetitos y curiosidades. Como suele ocurrir, siempre hay sorpresas agradables, como el entusiasmo de Ray Bradbury, congratulándose a sus noventa años de haber aportado «algo» con sus libros. O Ian McEwan cuando con Expiación tomaba una senda de autor de gran calidad. Javier Marías y Julian Barnes son tan interesantes en la entrevista como cabe esperar, pero no hay sorpresas ni fulguraciones. La reflexión de cada cual sobre formas de escribir, rutinas y búsqueda de estilo son tan diferentes que se deduce que no hay fórmulas comunes, excepto la de buscar un nivel de concentración que permita llevar a buen puerto el proyecto literario. Hay escritores que sin ser mis favoritos me interesan por sus reflexiones, como Derek Walcott, mucho antes del Nobel, sobre la calidad de la literatura en su tierra… y luego está Susan Sontag, con la que no puedo, no puedo y no puedo. Dejé la entrevista a medio leer y dejé la biografía, premiada con el Pulitzer, de Benjamin Moser, al cabo de doscientas o trescientas páginas, muerta de aburrimiento y de desdén. Me gustan dos libros suyos, el dedicado al sida y a la enfermedad y sus metáforas, pero Sobre la fotografía siempre fue para mí un título que me permitía saber si alguien entendía y apreciaba la fotografía o escurría el bulto apelando a la autoridad de esta snob.

Y empiezo justo ahora, precisamente después de oírle en una entrevista por la radio, El ritmo perdido. Sobre el influjo negro en la canción española, de the one and only, el inigualable Santiago Auserón. Pero qué bien escribe, qué cerebro tiene. Se incorporó de inmediato a mi galería de Favoritos para la clonación.
Auseron en CubaAuserón en el territorio de exploración, Cuba