
Dos joyas en torno a PPP que no incurren en el morbo necrológico. Arriba, un programa fantástico de Arte TV, por el gran Thierry Jousse, dedicado a la música de las películas de Pasolini, con su búsqueda de ritmos y estilos de toda cultura y país, desde Gato Barbieri para Teorema, antes del gran éxito de la banda sonora de El último tango en París, a las músicas de India, Japón, … Jousse, como buen cinéfilo, sabe pulsar las teclas de la nostalgia y la mitomanía aderezadas con ese tono de voz tan particular en el que se percibe la sonrisa que distancia sus propias pasiones, pero que incita a ver todas las películas que él menciona en sus ya decenas de programas. El libro de Dacia Maraini consiste en un conjunto de cartas enviadas desde el presente a Pasolini, el gran amigo de Alberto Moravia, durante más de una década pareja de la entonces joven escritora Maraini. Los tres hicieron viajes por África, Rumanía, Yemen… tanto por placer como por motivos profesionales -buscando localizaciones, actores, músicas…– y aquí recuerda momentos de amistad, evoca aspectos del carácter del director, y como quien no quiere la cosa, es decir sin darse importancia, aborda todos los temas que afectaron a Pasolini, sin esquivar los conflictos y controversias que suscitaban sus declaraciones y tomas de posición frente a cuestiones como el aborto, el movimiento feminista, estudiantil, etc., que Maraini y Moravia le discutían y rebatían obligándole a definir su postura sin permitirle el golpe de efecto. Fantástico el partido que le saca a los sueños en que se aparece PPP, son momentos donde la escritora demuestra su talento y oficio dramáticos.
Un gran libro este Querido Pier Paolo –publicado por Galaxia Gutenberg en cuidada traducción de Helena Lozano Miralles–, que consigue serlo a partir de una experiencia literaria tan dilatada como la de Maraini, escritora de gran cultura clásica, feminista avanzada sin excesos ni jeremiadas, y que tal vez no posea el genio de Moravia o de Pasolini pero es indiscutiblemente una autora insoslayable en la literatura italiana del XX hasta hoy. Estoy convencida de que todavía no conocemos suficiente su trabajo, especialmente en el cine, para formarnos una idea precisa de su modernidad.