Elliot Erwitt, para disfrutar

El legendario fotógrafo Elliot Erwitt aparece aquí en una conferencia donde presentó una selección muy personal de sus fotografías, algunas sin más comentario que las carcajadas de los asistentes. Como él dice bien, a veces también toca temas serios. Entre ellos, la familia y los perros. Una lección e inspiración inagotables, para mirar a nuestro alrededor con ojos vivos. Es más fácil con la discreción de una leica.
Se echa de menos el buen blanco y negro, ¿verdad?

Adiós a Bruno Barbey

El pasado 9 de noviembre murió Bruno Barbey, un fotógrafo icónico de la agencia Magnum y no he visto una sola página en los diarios españoles dedicada a recordarlo. Nació en Marruecos en 1941, tenía nacionalidad franco-suiza, y como se ve en su página en Magnum participó como fotoperiodista en los acontecimientos más significativos de la historia reciente.Sus imágenes tienen un sentido del ritmo muy acusado, le gusta el angular para introducir mucha información en el fotograma y cuando trabaja en color juega con el grado de intensidad para transmitir el alma del lugar.

Una de sus series más conocidas es la titulada Italianos, en blanco negro, y que ha inspirado a muchos fotógrafos españoles, como resulta fácil comprobar para cualquiera que tenga ojos en la cara. Otro tanto puede decirse de sus reportajes sobre la Semana Santa en Sicilia, quien tiene a su coetáneo Ferdinando Scianna entre los precursores de una mirada a la vez artística e informativa sobre las tradiciones del sur.
Bruno Barbey se integró en Magnum Photos en 1964. Se desempeñó como vicepresidente para Europa en 1978/1979 y fue Presidente de Magnum International de 1992 a 1995.

Muy conocidas son también sus imágenes sobre las protestas de Mayo del 68. Precisamente en el cincuentenario del acontecimiento, el Festival de Fotoperiodismo Visa Pour l’Image de 2018 dedicó una sala entera a esos reportajes.

CHINA. Beijing. Bruno BARBEY con un intérprete. 1973.
MOROCCO. Meknes. Moulay Ismael Mausoleum. 1985.
Portada de su célebre libro Los italianos
Familia italiana, años 60.
Estudiantes en el 68: el trabajo en cadena de trasladar las piedras que servirán de proyectiles. Tiene un nosequé de mito freudiano esta manera de encadenar la «culpa» en toda una generación.
En la selección de imágenes realizada por el diario Le Monde con motivo del 50 aniversario del Mayo francés, destaca la serie de Barbey realizada en color tomada en las calles, donde las mujeres aportaron una inesperada cuota de glamour, que seguramente contribuyó a que algunos tomaran menos en serio la revuelta. Abajo, un fotograma que parece extraído de una película de J.L. Godard con el cartel del estreno de una película neo-noir, utilizado como parte de una barricada. (El título de la película en francés es: Policía sobre la ciudad, que en español se tituló simplemente Madigan, la dirigió Don Siegel).
Retrospectiva de mayo del 68 con Barbey explicando algunas circunstancias que le permitieron tomar sus hoy icónicas fotografías.

Recuerdo de Paul Fusco

Me entero por el @insta de la todavía mítica agencia Magnum que ayer murió el fotógrafo PAUL FUSCO (1930-2020), que recientemente volvió a la actualidad al recuperarse sus imágenes sobre el viaje de despedida de los restos de Robert Kennedy y el homenaje de los norteamericanos al paso del tren, un increíble panorama del impacto del asesinato. En el video se repasan aquellos momentos, la peripecia de las fotos no publicadas por la mítica Look, pero que andando los años se publicaron en formato libro. Fusco aparece con la clásica y discreta Leica.

La misma historia, en francés, con motivo de la expo que VISA POUR L’IMAGE le dedicó (y que tuve la suerte de ver).

Copio la declaración de la agencia:

Chiapas, México. © Paul Fusco/Magnum Photos

«@paulfuscomagnum worked as a photographer with the United States Army Signal Corps in Korea from 1951 to 1953, before studying photojournalism at Ohio University, where he received his Bachelor of Fine Arts degree in 1957. He moved to New York City and started his career as a staff photographer with Look, where he remained until 1971.⁠⠀
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In this role he produced important reportages on social issues in the US, including the plight of destitute miners in Kentucky; Latino ghetto life in New York City; cultural experimentation in California; African-American life in the Mississippi Delta; religious proselytizing in the South; and migrant laborers. He also worked in England, Israel, Egypt, Japan, Southeast Asia, Brazil, Chile and Mexico, and made an extended study of the Iron Curtain countries, from northern Finland to Iran.⁠⠀
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Fusco become a Magnum associate in 1973 and a full member the following year. His photography has been published widely in major US magazines including Time, Life, Newsweek, the New York Times Magazine, Mother Jones and Psychology Today, as well as in other publications worldwide.⁠⠀
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Among his latest subjects are people living with AIDS in California, homelessness and the welfare system in New York, and the Zapatista uprising in the Mexican state of Chiapas. He has also worked on a long-term project documenting Belarussian children and adults sickened by radioactive fallout from the Chernobyl explosion.⁠⠀
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We share a statement from the president of Magnum Photos, @oliviarthur, and thoughts from Fusco’s fellow Magnum photographers @brucedavidsonphoto, @gillesperessstudio, and @elireedmagnum on the occasion of Paul’s death at the link at bio.⁠»
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USA. San Francisco. 1993. AIDS at the Ambassador Hotel. Aerial’s I.Q. must be 150. 20 years ago he was a psychologist working with autistic children. He says he’s a hippie who never left the scene – He also never left the drug scene.
© Paul Fusco/Magnum Photos

USA. New York City. 2000. Women in mourning and outrage, New York City. They appear at an anti-police brutality rallies, drawn together to share their crosses of sorrows, losses and grief.

Gilles Caron, Histoire d’un regard – un film de Mariana Otero

Gilles Caron, joven y prolífico fotógrafo, murió en 1970 cuando contaba solo 30 años. La directora Mariana Otero repasa su vida a través de las miles de fotografías de su legado.

«Fotorreportero Paco Elvira, amable y estoico», en El Rinconete

Foto de JR Álvaro González. Paco Elvira en la plaza de la Virreina – en Gracia. Esta foto lo refleja muy bien.

Fotorreportero de estilo clásico, Francisco José Elvira Huse (Barcelona, 1948-Garraf, 2013) era conocido como Paco Elvira y con ese nombre alcanzó un amplio reconocimiento a través de publicaciones, exposiciones, cursos y conferencias que puntuaron sus últimos años de carrera hasta el accidente en el Garraf, mientras tomaba fotos para su blog.

A menudo, el trabajo de personas de carácter afable no se estudia en profundidad o no se considera con la seriedad que se reserva a personalidades más temperamentales, como si la irascibilidad o la soberbia fuesen indicio de la calidad del propio genio. Paco Elvira era amable y paciente, y con tenacidad —que es una forma especial de paciencia— se enfrentó al toro de la crisis económica global de 2008, cuyos indicios supo descifrar antes que la mayoría. No en balde era economista de formación, y justamente en la Facultad de Ciencias Económicas de Bellaterra arrancó su actividad de fotógrafo, documentando las protestas universitarias y la agitación política durante la Transición.

Bellvitge es un barrio en las afueras de Barcelona, zona de bajos ingresos. Imagen emblemática de los años del desarrollismo español y de las grandes oleadas de inmigración hacia las zonas industrializadas desde el sur y sudeste de la Península.

Algunas imágenes suyas de ese periodo son muy conocidas para el gran público —hechas con película en blanco y negro, con el grano que era habitual para la prensa diaria, bien encuadradas, con el nervio de la ocasión—. Son imágenes icónicas del periodo histórico en el que se fogueó una joven generación de fotógrafos en toda España, y que en Barcelona concentró a hombres —y alguna mujer— de estilos muy diferentes que crearon escuela y dieron vida social a una profesión que es a la vez un arte. Lo hicieron a través de revistas especializadas, exposiciones, festivales, concursos y, naturalmente, de los reportajes publicados a ras de actualidad en diarios o semanarios, muchos desaparecidos.

En una exposicion en Palafrugell – Costa Brava. -autor?

En Andalucía. Imagen correspondiente a un reportaje de su primera época

Paco Elvira fue de los primeros de su generación en tener una carrera internacional y fue un «enviado especial» en los mejores años del fotoperiodismo, es decir entre los setenta y finales de los noventa. Viajó prácticamente por todo el mundo: estuvo en China antes de que el gigante despertara, en Afganistán, Argelia, Argentina, Brasil, Camerún, Cuba, Japón, México, Nicaragua, Israel, Zanzíbar… Pero si nombramos la Revolución de los Claveles del 74, los conflictos armados de Irlanda del Norte —viajó cinco veces a la zona—, de Croacia, la guerra de los Balcanes y de la frontera de Kosovo, ya nos hacemos una idea de que fue un fotorreportero de largo aliento. Conoció, pues, el último capítulo del fotorreporterismo clásico, cuando el profesional a sueldo de un diario o como freelance podía viajar libremente buscando su propio punto de vista y sus fuentes, en lugar de ir «empotrado» con el ejército, como sucedió desde la guerra de Irak.

paco elvira- segunda guerra mundial lunwerg

Sus influencias se encuentran en los clásicos Robert Capa o Eugene Smith, y naturalmente en los clásicos de la guerra de Vietnam; muy probablemente también en los fotógrafos españoles de la generación que le precede y que como él recorrían la España profunda documentando el atraso de los pueblos agrícolas y la tensión de las zonas suburbiales, con aspectos que parecen antitéticos: la superstición religiosa —son famosas las «apariciones» de la Virgen en Cataluña, o los hechos de El Palmar de Troya, en Sevilla, con su estrambótico antipapa Clemente— y la lucha de los trabajadores en las áreas sometidas a la despiadada «reconversión industrial» de finales de los setenta y primeros ochenta, en Sagunto, en las minas de Asturias, Huelva, etc. Fotografió sin aspavientos el mundo del trabajo plasmando la época —los oficios de la tierra y del mar, con sus marisqueras, sus cosechadores del algodón o sus agricultores y peones—, cuando la modernidad llegaba de la mano de las grandes inversiones en infraestructuras, propiciadas por el dinero de la CEE, que la harían visible: desde la Expo 92 en Sevilla a las Olimpiadas de Barcelona. En medio, el gran escándalo del aceite de colza, que Elvira fotografió con su característica mezcla de sensibilidad y estoicismo. Fotografiaba así la política a través de lo cotidiano: desde las manifestaciones de los nostálgicos de Franco el 20-N en Madrid a los funerales del guardia civil asesinado por ETA, de la gran crisis del paro de los años setenta con los trabajadores del puerto de Barcelona esperando ser llamados a las plazas llenas de gente de cualquier pueblo de Sevilla la tarde de un día laborable.

Aunque podía, como muchos fotógrafos y periodistas, añorar la edad de oro de su profesión, Elvira entendió que la tecnología digital podía aprovecharse para difundir un trabajo previo y reflexionar sobre la experiencia acumulada. Pero no era hombre que pontificara, sino, en una profesión llena de egos inflados, alguien que sabía reunir a personalidades y opiniones divergentes para hablar de fotografía mirando, a menudo con preocupación, al futuro. Una manera muy suya de apaciguar las aguas para transmitir una enseñanza: lo hizo a través de su blog, de las clases en la Universidad de Bellaterra y de seminarios que impartió en la Península y en Italia y, por último, a través de una serie de libros que editó para la editorial Lunwerg.

Entre sus reportajes más conocidos, y que inspiraron a otros fotógrafos, cabe destacar los de Irlanda, tiempos de guerra no declarada con enfrentamientos, atentados y muertes que llenaban páginas de diarios, revistas y eran noticia de actualidad en televisiones. Abajo: entierro católico.

Repasaba en ellos momentos álgidos de la historia a través de la fotografía: La Guerra Civil española y La Transición española (2011); La Segunda Guerra Mundial y La Segunda República española (2012); y Barcelona vista pels grans fotògrafs [Barcelona vista por los grandes fotógrafos], 2013).

Imagen costumbrista en la China comunista. Hay que recordar que los fotógrafos viajaban y tomaban fotos sin saber con seguridad cuál sería el resultado.

Paco Elvira, Atín Aya, Fernando Moleres, Cristina García Rodero, José Manuel Carrera, etc., son fotógrafos de «cuerpo», de tocar la realidad. Fue, como los citados, fotógrafo de lo tangible y de la emoción sugerida, graduada mediante una técnica experta según los diferentes reportajes y así documentó momentos trascendentales del reciente pasado español.