En la guerra, como en la guerra; mi prima me presta el arma… que este mundillo tiene más peligro que Vietnam
Algunas perdemos el huequecito para colaborar en un diario por preguntar en negro sobre blanco por qué salen tantas putas y tan pocas mujeres con una profesión en las novelas de habla hispana –pero, claro, fue antes del MeToo–, vamos que la valentía nos cuesta el poder adquisitivo.
Y luego están los que, teniendo prácticamente todas las puertas abiertas para publicar donde deseen, se guardan la mascletá final para cuando están criando malvas. Ni Tarantino salpica tanto, oyes.
I’m sorry, my honor, I’m sorry, no lo entienda como desacato a su autoridad, impuesta por la fuerza de la ley (del mercado y del pijerío), por haberme reído mucho mucho mucho con las andanadas, invectivas, feroces críticas, insultos, denuestos y etecé etecé que el Insobornable lanza contra sus colegas. Ni los truenos de Júpiter, oyes.
Qué honor, después de haberle lamido el culo hasta dejárselo cual patena de vieja iglesia católica, después de haberle llamado maestro en presencia de todos los plumillas, después de haber engolado la voz para sentenciar que menos mal que está él para hablar de los desmanes de la economía ultraliberal, él y solo él, la reserva moral de occidente, recibir sobre tu cabeza la mierda que el Insigne arroja sobre tu obra desde el más allá traído más acá y hasta tus pantallas por los intermediarios que aún arañarán unos miles de eureles con los diarios y otras obras maestras que sin duda, cual bolaño levantino, esconderán los discos brutos, digo duros, de sus ordenadores. Ya los veo en el horizonte, con títulos para la historia: Insultos y otros poemas, Plagio y Amnesia (a la manera de Beckett), Alegría ormosensual (Inspiración Queneau), Ayer me morí y hoy no me puedo levantar (Au Café du Surréalisme je m’assis avec Modiano et autres fantômes)…
¡QUIERO QUE ME INSULTE! ¡QUIERO MI RACIÓN DE INSULTOS DEL VALENCIANO MÁS COMUNICAPITALISTA QUE POBLÓ EL SIGLO! ¡YO TAMBIÉN SOY ALGO! ¡YO TAMBIÉN MEREZCO LOS INSULTOS DE CHIRBES!
Chicas reales en lugares reales con oficios reales