Decadance – Ohad Naharin

Y entretanto por aquí:

  • ¿alguien se ha fijado en la (para mí llamativa) coincidencia de la salida de la última novela de Javier Marías, Tomás Nevinson, y la denostación continua de su carácter que se hace desde prensa y radio, con el pretexto de la reciente publicación de las memorias editoriales de Herralde a través de su correspondencia, editadas por Jordi Gracia? ¿No es gracioso que en la portada de Marías aparezca el guapo actor francés Gerard Philipe, (uno de los favoritos de nuestras madres en su juventud, el que protagonizó Calígula de A. Camus, y Fanfan la Tulipe, entre otras películas y obras de teatro con los mejores directores de su época) y que la promoción de Herralde incluya fotos de un pasado progre, de melenas (más o menos) largas, acompañadas por recuerdos pletóricos de su sempiterno esnobismo de buen tono? Anagrama es esa editorial capaz de señalar en sus noticias que alguien famoso -o simplemente el famoso del momento– «quiere» «se propone» leer algún título de la editorial y no incluir jamás las reseñas positivas o artículos publicados en publicaciones prestigiosas por todo el que no entre en el esquema snob de la casa.
  • ¿Alguien se ha tomado la molestia de comprobar que Anagrama publicó muy poco a Pasolini como para andar dándoselas de…  (¿de qué?) respecto al italiano? De hecho, solo veo que publicó las Conversaciones con Jean Duflot en 1971 y, el mismo año, bajo  la dirección de J. Jordá, que también lo tradujo, Pasolini contra Rohmer y Cine de poesía contra cine de prosa? Dos libritos muy interesantes, creo que ambos ya descatalogados, que corresponden a una época en que PPP era célebre y tienen muy poco de ofensivo. Del libro de Duflot extraía yo algunas reflexiones en esa novela que Chirbes me plagió (contrefaçon dirían los franceses)
  • En los últimos años Anagrama ha publicado más al reaccionario Houellebecq, al bobo de Beigbeder, sin olvidar la vacua y anoréxica primera novela de D. de Vigan Días sin hambre, la basura ideológica que es Perras sabias, la primera de Virginie Despentes, novela que sus mayores fans califican de muy floja, que a pasolinis incómodos. Sin olvidar, claro, la prosa altamente subversiva de Milena Busquets.

Chorégraphie de Ohad Naharin Scénographie et lumières de Avi Yona Bueno
Abajo: atención a la versión de Strangers in the night 😀